Triada

1-
Los ojos de Pedro
rebotan en mi cabeza
Pedro rebota,
va y viene,
viene, viene, y viene

sus manos
se instalan
en mi cintura,
me toman por sorpresa

se asoman
las palabras,
de a poco
(no como los ojos,
que lo hacen sin reparo)
tantean la marea,
resguardan los pensamientos
los hilvanan

La sonrisa de Pedro se divierte
con la mía
respirando el sabor
de las anécdotas.

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2-
Pedro juega conmigo
con la simpleza de lo conocido
y el reparo
que tememos
a la ruptura – el fin.
Nada es infinito,
decimos.

Sin embargo,
ayer, hoy,
tal vez, mañana.
desde el día cero,
somos.
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3-
Cuando amar
es como respirar,
aparecés.

A quién le iba a dar
si no es a vos,
todo esto.

A quién,
si no era a vos.

A nadie,
Pedro,
a nadie.

25/08/2015